Los jóvenes no tenemos buena opinión de nuestras autoridades política. Nos quejamos del bajo nivel de transparencia y confiabilidad de quienes tienen a su cargo habitualmente el manejo de la cosa pública en los diferentes distritos del departamento y reclamamos una reforma integral y profunda de los procedimientos políticos que posibilite el reemplazo de las cúpulas partidarias actuales -salvo algunas pocas y bien conocidas excepciones- y el surgimiento de una nueva estirpe de dirigentes.
Sin embargo, los cruceños no tenemos en claro cuál es el camino que habría que seguir para provocar esos cambios saludables y necesarios. Nuestro disconformismo alcanzó su punto culminante.
Es hora de la JUVENTUD
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